El mejor futbolista de África fue premiado y no existe discusión alguna de merecimiento. Sadio Mané ha levantado el Balón de Oro africano, siendo la mejor representación de superación. Nacido en Sédhiou con una infinidad de limitaciones económicas, el extremo decidió cambiar la historia familiar por medio de su talento y mentalidad. Su camino antes de ser el jugador más importante del continente fue: Génération Foot, Metz, Salzburgo, Southampton y Liverpool. En cada lugar fue un futbolista con una capacidad que resaltaba frente a sus compañeros de equipo.
Luego de ganar una Champions League anhelada por los Reds y ser el máximo goleador de la Premier League, su premio estaba cantado, pero él con la humildad que lo caracteriza no esperaba nada. La distinción toma otra dimensión al ver que superó a grandísimos jugadores como Mohamed Salah y Riyad Mahrez.
A sus 27 años es uno de los jugadores más completos del fútbol europeo y logró ganarle en la competencia de la regularidad a su compañero de equipo, Mohamed Salah, quien hace dos temporadas parecía insuperable. La mentalidad marca la diferencia.
Sadio Mané también gana el Balón de Oro de la humildad
Con todos los lujos que rodean a los jugadores de fútbol que se encuentran en la élite hoy en día, Mané no traiciona sus principios en ningún momento. El atacante explicó brevemente a qué se debe su forma de pensar filantrópica: «Pasé hambre, tuve que trabajar en el campo; sobreviví tiempos difíciles, jugué a fútbol descalzo. Hoy con lo que gano gracias al fútbol, puedo ayudar a mi gente. Además, doy 70 euros al mes a toda la gente de una región muy pobre de Senegal para ayudar a su economía familiar».
Sadio Mané más que un Balón de Oro, es el héroe moderno africano que otros futbolistas deberían empezar a imitar. ¿Seguirá haciendo historia de ahora en adelante?