El pasado 10 de mayo de 2023, alrededor de las 11:00 horas, Busquets anunció lo que era un secreto a voces: dejaría el Barcelona al final de la temporada después de 15 años en el primer equipo. El club catalán tenía un desafío monumental por delante: encontrar un mediocentro de garantías para reemplazar al catalán. Han pasado ya dos periodos de fichajes y sigue siendo una asignatura pendiente. Los culés, por ahora, no han olvidado a Busquets. Y, si no se soluciona, este verano volverá a ser una posición problemática para la Dirección Deportiva. Los jugadores que más interesan son económicamente inalcanzables en la actualidad.
La precaria situación económica del Barcelona no ha permitido al club cerrar ninguna de las opciones que exploró para sustituir a Busquets, a pesar de que Xavi advirtió públicamente, inmediatamente después del anuncio de la decisión del mediocentro, que era clave acertar con su reemplazo para competir en la temporada 23-24. Un año después, los culés siguen buscando en el mercado un pivote que se adapte a las necesidades del equipo, pero sobre todo que se ajuste al límite salarial.
El año pasado, el club sondeó a muchos mediocentros: Zubimendi, Kimmich, Brozovic… algunos nombres vuelven a sonar con fuerza este verano. El problema común en todos ellos era el coste económico. Finalmente, el club catalán firmó a Oriol Romeu por 3,4 millones de euros. El jugador de Ulldecona, sin embargo, ha pasado de más a menos, terminando la temporada con un papel secundario.
De hecho, el técnico catalán ha experimentado con varias opciones en esa posición de pivote a lo largo de la temporada. Oriol Romeu, De Jong, Gündogan o incluso la «gran» innovación de adelantar a Christensen. El danés, en efecto, se ha establecido en esa demarcación y, aunque se ha adaptado bastante bien, el Barça necesita a un especialista.
Busquets decidió comunicar el 10 de mayo de 2023 que no seguiría. Tenía sobre la mesa la oferta de renovación del club y el conocimiento de que su entrenador y amigo, Xavi Hernández, contaba con él. Sin embargo, Busquets estaba convencido de que su etapa en el Camp Nou había concluido y ahora disfruta de su tiempo en el Inter Miami de la MLS. El problema es que, un año después, el Barcelona aún no ha encontrado un reemplazo adecuado para el canterano.